Comienzos

Comienzos

Como a otros espacios de nuestra Argentina y de América en general, el fútbol llegó a estas tierras chubutenses en barco. Lo importaron los marinos ingleses que anclaban en nuestros puertos, y que en los tiempos muertos del trabajo y la espera de las mareas, bajaban a tierra buscando algún descampado medianamente regular y sin obstáculos.

De esta forma, tras toscos balones de cuero, un poco espontáneamente, se armaron los primeros encuentros, bajo la mirada atónita de los locales, que de a poco comenzaron a mezclarse con los contendientes.

Para 1892 Puerto Madryn y el Valle contaban con apasionados cultores del juego, a pesar de tener a la prensa y a muchos de sus conciudadanos como duros críticos. Según estos, los entusiastas locales se habían vuelto “locos, como esos ingleses que andan a las patadas en Puerto Madryn”, y no perdían ocasión para criticar el “salvajismo” de este “brutal juego”, resaltando los accidentes que ocurrían en alguno de aquellos aguerridos y torpes partidos iniciales. 

El primer partido oficializado por una entidad fue organizado por miembros de la colectividad italiana con asiento en Rawson, en el marco del IV Centenario del Descubrimiento de América, el 12 de octubre de 1892, en honor a Cristóforo Colombo (Cristóbal Colón). Una comisión Ad Hoc de miembros de dicha colectividad, en unión a otros sectores de la población que fueron invitados a participar, introdujo la práctica en el cronograma de festejos, el primero formalmente realizado no sólo en la zona, sino en el sur del país; que cuenta además el estar entre los primeros de toda la república. 

Más allá del rechazo del periódico oficial de la colonia que estaba vinculado a los sectores más conservadores de la elite dirigente galesa, enérgicamente religiosa la colectividad contaba con un número importante de entusiastas del juego, que sin descuidar sus deberes piadosos, sin embargo, se dedicaban al ejercicio futbolístico.

Un detalle a tener en cuenta en este punto es que, en estos tiempos iniciales, descartada la semana por motivos laborales, era el sábado el día en que los hombres se dedicaban al juego, ya que el domingo pertenecía por completo a Dios, y a las actividades comunales organizadas en las numerosas capillas. 

En este contexto, la construcción del ferrocarril que uniera al valle con el puerto de Madryn, aportó nuevos bríos y nueva sangre a la incipiente historia de nuestro fútbol regional, ya que entre los sucesivos contingentes de trabajadores que vinieron para su tendido se contaban algunos aficionados de brillo que, según los registros, estimularon la pasión futbolística de los locales. 

La llama se había prendido y ahora se avivaba para no apagarse. Una vez finalizada la construcción del ferrocarril, y con muchos de los trabajadores de vuelta a sus distritos de origen, los habitantes del valle continuaron jugando cada día con mayor entusiasmo y habilidad, en encuentros que se organizaban por nacionalidades y por poblados: “ingleses” contra “galeses”, “galeses” contra “españoles”, “ingleses” contra “criollos”, “Gaiman contra Trelew”, etc. Los miembros de la Compañía Mercantil Chubut con sede en Trelew, por su parte, habían creado un “team”, conocido con el nombre de “Los muchachos de la Cooperativa”, que efectuó varios enfrentamientos contra sus compañeros de las sucursales de Gaiman y Puerto Madryn. 

En este clima, la competencia entre diversos equipos se fue multiplicando, y fue sentando las bases de una actividad deportiva que, como en todo el mundo, fue ganando adeptos y ocupando espacios cada día más importantes en el concierto social.